Después de hablar largo y tendido con La Experta contacté con El Contrario.
Hemos
llegado a un acuerdo, que quedará firmado ante notario.
Ya
no tendremos nada a medias. Ni deudas ni propiedades. A partir de que firmemos,
el único lazo que nos unirá será Nuestro Hijo.
Tras
todo esto y sacando cuentas, el premio prácticamente se ha esfumado, aunque me
quedo en la que ahora es MI CASA, con un cochecito nuevo a MI NOMBRE y sin
deudas. Además de unos pequeños ahorrillos.
Ahora
mi proyecto de futuro es cuidar de mi hijo –como he hecho siempre-, pero con
mucha menos presión por poder garantizarle el bienestar.
Seguiré
escribiendo, me lo voy a tomar mucho más en serio, me gustaría poder publicar
mi novela –si es que consigo acabarla algún día-, bien sea a través de alguna
editorial –cosa que creo harto difícil-, bien sea porque la publique yo misma.
Si
gusta o no, eso ya será harina de otro costal.
En
caso de conseguirlo, sólo me faltará montar en globo.
Como
últimamente –tras todo lo que ha pasado-, no logro concentrarme en la escritura,
tengo pensado hacer un viaje, probablemente al norte.
Alquilaré
una casita en la costa las próximas vacaciones y nos iremos Mi Hijo, Mi Madre
y yo.
Creo
que unos paseítos por la playa y sentarme en las rocas a contemplar el mar, me
ayudará a terminar de relajarme y que la inspiración fluya para que mi relato
encuentre la senda correcta.
La
última vez que escribí algo, me dejé a Serafín llorando en los brazos de
Amanda, y a Ernesto esperando una invitación a café.
Estoy
un poco atascada y para las vacaciones quedan un par de meses.
Iré
anotando las ideas que se me vengan a la mente a ver si consigo enderezar la
historia.
Si
ayer precisamente pensaba en mi novela, hoy al abrir mi cuenta de correo me he encontrado con un email de
El Vancuverita.
Me cuenta que le va bien, ha conocido a una chica y tienen planes de irse a vivir juntos.
Me cuenta que le va bien, ha conocido a una chica y tienen planes de irse a vivir juntos.
A
la vez que me alegro por él, no dejo de sentir una punzada en el corazón.
En
cualquier caso, lo importante de su email no es eso, sino el que me pregunte
por cómo va mi novela, pues resulta que ha hablado con su amigo El Editor y está dispuesto a echar un
vistazo a lo que llevo escrito.
Ahora
si que me he puesto nerviosa, tanta buena suerte me está asustando.
Me
he acostumbrado de tal manera a las adversidades que cualquier buena noticia me
hace pensar que tendré que pagar después un alto precio.
Intentaré
espantar los pensamientos agoreros y confiar un poco más en que merezco que me
pasen cosas buenas.
Tampoco
voy a lanzar las campanas al vuelo, de momento sólo hay un editor que quiere
hojear lo que estoy escribiendo.
Tomaré
este asunto con prudencia.
Voy
a ir perfilando lo que tengo hasta ahora y enviarlo a la dirección que me
indica El Vancuverita.
Aunque
primero voy a contestar a su email dándole las gracias por esta oportunidad y
deseándole toda la felicidad del mundo con su nueva pareja.
Después
me voy a sentar con Mi Hijo frente al ordenador, para elegir juntos la casita
que vamos a alquilar en vacaciones, todavía faltan un par de meses para eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario