“No se cómo puedes” o “yo no sería capaz” son algunas de las
expresiones que más escucho cuando hablo de mi vida con la familia o los
amigos. Supongo que yo diría lo mismo si fuera ellos, pero soy yo.
Debe
ser la practicidad lo que me hace mantener la cordura. Eso y hartarme de
llorar, de vez en cuando, viendo una comedia ñoña en la televisión. Con las
canciones no funciona, duran muy poco y sólo consigo un nudo en la garganta.
A
veces pienso que he llegado al límite, que ya no podré con otra contrariedad
más, pero entonces ocurre, y es cuando se me viene a la mente una frase que leí
en El Pronto, cuando era una cría, al
final de uno de esos relatos estremecedores de una lectora. Dios aprieta pero no ahoga. La frase la
entendí de mayor, el puñetero disfruta viéndonos sufrir, pero si nos ahogara se
acabaría la diversión. Ni siquiera creo en Dios, pero si creyera en él ese
sería un buen dogma de fe.
A
estas alturas alguien se estará preguntando a qué viene tanto dramatismo, la verdad
es que no sabría por dónde empezar. Creo que lo mejor sería empezar por el
final.
Que emoción!!
ResponderEliminarQue ganas de empezar ya a leer!!!!
ResponderEliminarImpaciencia....
ResponderEliminarNo os mordais las uñas, iré escribiendo un poquito cada martes, en "prime time"...jajaja...de momento, gracias por leerme.
ResponderEliminarEsperando el proximo martes con impaciencia!!!!
ResponderEliminarEs muy difícil saber crear intriga incluso en quienes saben o imaginan el final de la novela, y tú lo consigues...Tienes talento, chiquilla.
ResponderEliminarGracias por estar cerca de mi. Un fuerte abrazo
EliminarBuenos días, soy un nuevo seguidor de tu bloc, deberías de escribir mas días por que seguro que tu historia es digna de seguir, y estamos impacientes por leerla.
ResponderEliminarhola susana esperamos impacientes la siguiente parte, animo
ResponderEliminarPues todos los martes un poquito más ;)
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